Asumes que todo quedo claro. Y de repente se te ocurre decir “Haber vendedor antiguo, ¿nos puedes explicar lo que acabo de enseñar?” o haces una pregunta sobre un aspecto técnico que acabas de explicar, y no hay respuesta o la respuesta es incorrecta.
La invitación el día de hoy para ambas partes; es alejarnos del EGO personal, que nos impide hacer preguntas que aclaran dudas o vacíos. Hay un absurdo MIEDO a quedar como un tonto o una tonta al preguntar.
Más tonto me sentiría yo, si perdiera un negocio por no tener el dominio perfecto de un tema o de un aspecto técnico, que fácilmente pude preguntar a la persona experta.
“NO HAY PREGUNTAS TONTAS, SINO TONTOS QUE NO PREGUNTAN”