EL CASO DE UBER: "KilÓmetro extra" o explotación laboral
Por ejemplo: El conductor debe recoger a sus hijos, que están jugando fútbol en el sur de la ciudad. La hora de recogida es 6:00 p.m.; UBER ha indagado previamente estos destinos personales de su conductor, y a partir de las 5:00 p.m., el sistema empieza a enviarle servicios hacia el sur, cerca de su dirección de destino.
UBER reconoce “Hemos invertido poco en la experiencia del conductor”, por medio de un alto funcionario; haciendo referencia a la poca importancia que le ha dado a la experiencia de manejo que experimentan sus conductores, desconociendo muchas de sus necesidades y expectativas.
La cuestión es ¿Qué tanto le importa a UBER, lo que siente y necesita el conductor durante el día de trabajo? ¿Necesita utilizar un baño? ¿Desea desayunar o almorzar?, ¿Cuánta gasolina se gasta haciendo ciertos recorridos promocionales?, ¿Y qué pasa cuando eleva las tarifas en ciertas horas del día, y pone al conductor en dificultad frente al usuario?
Mientras UBER habla de estar dispuesto a tratar los conductores con más humanidad; entre bambalinas se dedica a un experimento basado en la ciencia del comportamiento, para manipularlos, al servicio de su crecimiento corporativo.
El auge de la economía GIG está propiciando esto, donde las personas operan bajo la modalidad de freelances o vendedores que trabajan por una comisión o un corretaje, actúan como trabajadores independientes, y ofician ante UBER como dueños de negocio, oficialmente independientes, en lugar de operar como empleados tradicionales, con horarios establecidos; ha permitido que UBER minimice los costos de mano de obra, pero con la implicación en teoría, de “no poder obligar al conductor a estar en un lugar y hora específica para prestar un servicio”; sin embargo, se está dando las mañas, mediante herramientas psicológicas sencillas, para manipularlos, y lograr que trabajen el “kilómetro extra”.
Sería terrible para UBER que aparezca una empresa que le mejores las condiciones económicas a los conductores, y que sea más amigable con ellos. Esto podría generar una estampida de conductores hacia otras plataformas; y en un negocio donde la promesa de servicio es “transportar a los pasajeros sin problema, cuando y donde quieran”; el no disponer de suficientes conductores, y el no poder dar una respuesta inmediata, sería un evidente incumplimiento a esta promesa; lo que significaría el fin de la empresa.
UBER ya se ha dado cuenta de esta posibilidad, por eso es que ha contratado científicos sociales, con el propósito de realizar una investigación conductual de sus conductores.
¿Cuáles son los riesgos de esta apuesta para UBER?
Volviendo al concepto de economía GIG, cuyo término es procedente del mundo de la música anglosajona, se caracteriza por su brevedad y fugacidad; el GIG es incluso más breve que el minijob.
Este término se refiere a las actuaciones de pocas horas, de un grupo musical en un PUB (Lugar de origen irlandés y británico, abierto al público, donde se sirven bebidas alcohólicas y se escucha música).
Llevándolo al mundo laboral, se refiere a los trabajos esporádicos que se encuentran en los diferentes círculos del sistema económico.
En términos laborales, un GIG consiste en un trabajo limitado de unas pocas horas o una simple colaboración, en la que se puede ganar unos pocos pesos (Colombia), dólares o euros.
En el caso de UBER, estos supuestos empleos temporales de corto aliento, de unas pocas horas al día, por medio de su estrategia de manipulación psicológica, está llevando a los conductores a ser empleados de tiempo completo de 8, 10 y 12 horas al día, sin ningún tipo de garantía laboral.
Las nuevas generaciones de emprendedores, adquieren formación y capacitación diversa. Estas diferentes herramientas académicas y experiencias laborales adquiridas, les permiten desempeñarse en diversas áreas y cargos, pudiendo tener ocupaciones simultáneas y de diferente duración.
El GIG o “trabajo contingente”, es lo que UBER ofrece a sus conductores, donde aparentemente la ventaja radica en la posibilidad que tiene el conductor de controlar sus tiempos de trabajo, escogiendo los horarios que más le conviene.
En este caso, los conductores de UBER, en vez de ser empleados de una gran compañía, son simples independientes, que pueden ser estudiantes universitarios o profesionales recién graduados; o incluso un joven bachiller, que trabaja en igualdad de condiciones frente a su cliente; podríamos decir, la clase social emergente necesitada de ingresos; lo cual es una ventaja y en ocasiones una ganga (no siempre) para los usuarios de UBER.
La razón de la afirmación anterior, es que los mercados democratizados, han llevado los servicios de lujo (porque en teoría, el servicio de UBER, es un servicio de lujo o VIP), que normalmente son prestados por expertos profesionales de tiempo completo; a ser ofrecidos y operados por aficionados, que realizan trabajos ocasionales en áreas especificas.
Y es allí donde radica la gran desventaja y el riesgo para el cliente de usar un servicio como UBER.
¿Cuáles son las desventajas y riesgos para los pasajeros, al utilizar UBER?
Teniendo en cuenta la tendencia de la economía GIG, de jóvenes emprendedores, necesitados de un poco de dinero y dispuestos a hacer cualquier cosa por unos cuantos pesos (Colombia), cabe la pregunta ¿Qué tanta experiencia o experticia tiene uno de estos conductores novatos, algunos con apenas 18 años? ¿Qué tanto conocen de direcciones y que tanto conocen la ciudad? ¿Quién puede garantizar que por su inexperiencia te lleven por una ruta prohibida o te metan a un barrio peligroso? ¿Qué sucede si el conductor de UBER causa un accidente grave, se lleva un semáforo en rojo y causa daños y lesiones a los pasajeros? ¿Qué pasa si hay lesionados y muertos? ¿Quién responde?
Lo malo de toda esta historia y de todo este sistema de trabajo, son los miles de jóvenes trabajadores independientes, que se someten a una explotación laboral (bien remunerada, dirán algunos).
Empresas de aplicaciones tecnológicas como UBER, prefieren el trabajo contingente, porque supuestamente este es más flexible.
Lo anterior, sin embargo, podría significar que ante un descenso de la demanda de usuarios, muchos conductores quedarían vacantes, o con muy pocos recorridos.
Esto sin tener en cuenta, lo perverso que resulta el pago a destajo o por servicio prestado, sin ningún tipo de seguridad o beneficio para el conductor; sin cobertura en seguridad social, sin prestaciones sociales… recordando que muchos de estos empleados contingentes, en afán de cumplir su cuota personal diaria o mensual, terminan laborando para UBER más de ocho (8) horas diarias.
Y es aquí, donde toma importancia los famosos trucos psicológicos, como el de “ya falta poco para alcanzar tu meta…”, donde a partir del viaje número 25, el conductor recibe una bonificación; y es esa bonificación la que está logrando que muchos conductores de UBER, ejecuten su “kilómetro extra”; o se dejen “explotar laboralmente” de una forma sutil; porque en ultimas, esto es lo que mantiene lo mantiene sentado detrás del timón por más horas, pese a que tiene la potestad de tocar un botón y decir no voy más.
Regresando al tema de la manipulación psicológica de UBER frente a sus conductores; científicos sociales y especialistas en información, han experimentado con técnicas de vídeo-juegos, gráficos y recompensas no monetarias